Carmelopoli

martes, 20 de marzo de 2007

Mi pare

Ayé fue el día del pare. En verdá era mi día porque yo soy el pare de la Vane y del Sergio aunque despué de vé los dato estadistico no sé si la Vane será hija mía. Lo del Sergio es seguro porque tiene tos mis gene: muere por la caleta, de mayó quiere está de baja y canta de ortavillita en una comparsa juvení (o yunió, según el año). Pero lo de la Vane no lo tengo tan claro porque ella hase deporte y va a la universidá. A la Vane no le gusta ná de lo de Cádi, estaba deseando irse de asqui y al finá lo ha conseguio y está estudiando fuera, en Puerto Reá.

Pero weno, hoy nos quiero hablá de mis hijo sino de mi pare. Si hay una persona en este mundo a la que yo haiga admirao de verdá ese es mi pare. Mi pare me metió a mi en la sangre este gaditanismo que yo llevo como bandera. Porque mi pare era el más gadita y su hijo ha heredao ese orgullo por su tierra.

Cuando yo nasí, mi pare estaba pescando en el puente caná. Mi aguela, que también era mu de Cádi y fue campeona del Mentidero de bingo, salió a desirle que había tenío un varón. Mi pare, de la alegría, se fue de juerga con sus amigote y llegó casi para mi bautiso.

Mi bautiso también fue inolvidable. Mi pare se empeñó en que el padre Pepito me bautisara con agua de la Caleta bendesia. Mi pare le dijo que "no había agua má pura , que hasta la luna bajaba allí a tomá la plata" y ar finá el padre Pepito me hiso la crú con agua salá. Lo que nadie sabíamo es que Paco Alba le iba a copiá la poesía a mi pare pal pasodoble de Los Hombres del Mar.

Mi pare me educó en la esensia del gaditanismo. Me enseñó tó lo que una persona nesesita sabé pa viví: el compá del tre por cuatro, cómo hasé la ortavilla en una comparsa, a pescá en el puente caná, a marcá el compá de una prosesión con la horquilla, a mariscá, a apoyá el codo en la barra de una peña, a jugá al mú en la piedra cuadrá,... Porque mi pare fue campeón en cuatro ocasione del torneo de mú de la piera cuadrá, con su compare er Bisco de pareja. Como el compare era bisco hasían trampa con los ojo y cuando le desían argo, el Bisco desía: "Ajolá pudiera yo sabé donde miro." Al finá cambiaron las base pa impedí que los bisco y los tuerto pudieran disputá ese campeonato tan importante.

Yo echo mucho de meno a mi pare. Se fue un día porque tenía tanto vardepeña en su sangre que su higado paresía un queso de eso roquefó lleno de boquete. A su funerá vinieron tos los compañero de las comparsas en la que él había salio. Hasta Antoñito Martín vino a la iglesia y a mi me se humedesieron los ojo al vé allí a uno de mis idolo. Ahora ya van a hasé die año de aquello. Desidimo insinerarlo y el tio se llevo cuatro día ardiendo por la de arcó que tenía en el cuerpo. Meno má que las senisa las tiramo en las agua de la caleta y cada vé que yo voy a la playa y me baño me imagino allí a mi pare dentro de las agua viendo las caballita pasá a su vera.

Porque yo quiero un montón a mi pare. No como mis hijo, que ayé no me regalaron ni unas sapatilla.

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