Carmelopoli

martes, 20 de enero de 2009

Portavosa

Hoy voy a interrumpí mi espesiá carnavalesco pa narraro unos acontesimiento importante que me han venio a susedé ayé y que, sin sé tan importante como el Carnavá (ná es tan importante como el Carnavá), merese la pena que yo os los venga a comentá un poquito.


Resulta que ayé, aprovechando que había escampao un ratillo, me fui a dá mi paseito diario, pero en versión el coro del niño de la Marina, má redusia. Ante la posibilidá de cogé el camino por el Paseo Marítimo hasta el sementerio y que me cayera la mortá, desidí paseá sin atravesá las muralla y ná má salí de mi casa me pasé por el Oratorio San Felipe Neri, pero no pa vé si las placa siguen estando allí, sino porque como empesaban las obra de rehabilitasión me paresía bueno comprobá si los albañile siguen siendo de Chiclana o con la crisi hay gente de Cádi tan desesperá que se ha tenio que poné a currá. 

Llegué a una de las plasoleta má histórica de Cádi poeque allí fue la sede de la primera Contitusión de Cádi y allí canta durante tol Carnavá la chirigota ilegá del Góme y los Rosado, lo que sin lugá a duda, hase de esta plasoleta mucho má conosia en tó los rincone de Andalusía que lo de la Contitusión. Totá, que estaba allí cuando me encontré a una chavala sentá en un banco. Pensé “joé, cada vé está má difísi esto de escuchá a las ilegale, que hay que cogé sitio desde un mé ante”. Sin en cambio, conforme me iba asercando me di cuenta de que la chavala estaba con las mano junto como resando. Iba a pasá de ella, porque yo a la gente que está resando no me aserco, me lo prohíbe mi religión, cuando me fijé que no llevaba sapato. Ademá, iba con un vestio asín de tirante negro y tenía que está muriéndose de frío. Levantó la cabesa y me miró. 

Su cara me sonaba, a esa gachí la había visto yo en la tele. Cuando escuché el asento, comprendí que no la había visto en Onda Cádi, tenía que sé en El Intermedio. O en Callejero cuando hablaron de las pilingui. Ella se dirigió a mi. Tenía la vó entrecortá y no porque biera hecho papiroflesia de esa con el periódico de mi amigo Pepelandi sino porque estaba como lloriqueando, tiritando, temblando y no sé cuánta cosa má.

-Perdone, buen hombre. ¿Sería usted tan amable de decirme si el sacerdote acudirá en la jornada de hoy al templo Oratorio de San Felipe Neri, patrón de los educadores y humoristas cuya celebración tiene lugar el 26 de mayo? -joé, que cantidá de dato, que tía má repipi
- Pa mi que no, porque están de obra. Es que asquí se hiso la primera Contitusión de Cádi –me lansé a esplicarle a la turista, porque yo cuando veo una turista me gusta darle toas las esplicasione sobre Cádi pa que se note que la gente de Cádi semo amable, sercano, servisiale, fomentando el turismo má que el Bruno Garsia, y ensima sin trincá. 
- Ya, ya. Si precisamente esa es la razón que me ha movido a acudir a este histórico, vetusto y trascendental templo del constitucionalismo español a confesarme. 

Yo me la quedé mirando como disiendo “po no creo que esa sea la mejón manera de vestirse pa vení a confesarse” pero no le quise disí ná. Porque la chavala estaba un poquito baja de ánimo y yo se lo notaba. Es má, me ofresí a dejarle una chaqueta, unos calsetine y convidarle a un café en mi casa. La chavala asestó. 

Cuando llegué a mi casa la mirá de mi Chari por poco me mata. Enmientra que la de fisna se secaba los piese y se ponía las babucha que la Vane se dejó en casa cuando se fue con el negro a viví a El Puerto mi Chari me llevó a la cosina y me echó una bronca de cuidao. Disía que no le gustaba que subiera a ese tipo de mujere a casa, ni aunque estuviera ella presente, porque despué se corrían las habladuría en el bloque. 

-Que no, mujé, que estaba en la puerta del Oratorio esperando pa confesarse. Ademá, que a esta la conosco yo, que la he visto en algún sitio ante. 
-Será en alguna de esas pinícula guarra que tú te descarga del interné. 

No le contesté, entre otras cosa, porque no estaba seguro. Cuando volvió al salón ya estaba el café preparao pero ante de que le echara la sacarina, mi Chari se le echó al cuello: 

- Y tú bonita, ¿quién ere? ¿Qué hase asquí?
- Yo soy Soraya. 
- Ahhh, ya disía yo que te conosía, si yo tengo tós tus disco bajao del interné –intervine yo. 
- ¿Tú ere la de poyeya? –empeoró mi Chari- po en la tele parese má rubia. 
- No, yo soy Soraya Sáenz de Santamaría. 
- Joé, que apellido má largo, parese una duquesa, o una política –dijo mi Chari. 
- Es que yo soy una política. Bueno, era. Porque ahora, desde lo de la sesión de tomas instantáneas en formato fotográfico desarrollada la pasada semana mi identidad está en entrdicho, no sé quién soy ni qué soy. 

Entonse nos contó la historia que yo abrevio porque si no saldría un pó ensiclopedia. Resulta que le hisieron una oferta en El Mundo pa haserle una entrevista así en plan personá, como la que Chapu me hiso a mi pero que nunca se ha publicao, en plan papele del sesí. Totá, que le hisieron la entrevista y le pidieron que se pusiera esa ropa pa haserle unas afoto en plan sesi, ella no quería, pero al finá asestó y cuando se dio cuenta, los de El Mundo le habían quitao toa la ropa, los sapato, las llave, el móvi y tó. Como en el anunsio de la Visa sólo tenía la tarjeta. Y pa colmo la ponían a parí en la arradio y en la tele por haberse vestio asín. 

- Pero si está mu guapa, hija –le dijo mi Chari que sacó su feminismo a paseá, como si fuera la ministra de Igual Dá -. Eso es envidia de los feo eso de las tertulia y los periódico. 
- Posiblemente. Pero mi carrera política está sentenciada, finiquitada, concluida. Mire usted, nadie tomará en serio mis discursos y mis afirmaciones –dijo la Saen de Santa no se qué. 
- Anda ya -dije yo-. Si ahora tol mundo te va a hasé má caso. Yo por ejemplo, no me había fijao en ti, pero con esas pinta, seguro que cada vé que salga en la tele te presto atensión. 

La mirá de mi Chari estuvo a punto de fulminarme yo le puse cara como queriendo disí que era por animarla, pero los inisio de mi viejoverderismo se notaban en mi cara de satirón. Traté de desviá el tema. 

- Y ¿por qué has venio a Cádi? 
- Pa vení a Cádi no hase falta escusa –dijo mi Chari en su papé de señora del más gadita. 
- Bueno, es cierto. Para visitar Cádiz no es necesaria ninguna razón extraordinaria más allá de su belleza intrínseca, pero yo había acudido al templo de orígen del constitucionalismo español a expiar mis pecados de vanidad y lujuria para que me readmitan en la gran familia del centro español – dijo la Soraya. Era buena gente pero un poquito cursi. 
- Po el Oratorio está serrao –le recordó mi Chari. 
- Pero ahora ya me resulta indiferente. Tras esta fructífera conversación mi autoestima se ha visto reforzada de forma notable y considero que nada de lo que hice me resulta reprochable sino más bien al contrario. Sólo expuse mi lado femenino, y al fin y al cabo, Pedro Jota sabe de lo que hablo porque también expuso su lado femenino en un vídeo. Por tanto, no voy a arrepentirme de nada y seguiré, con mano dura pero piel de seda en mis quehaceres diarios como portavoz del Partido Popular en el Congreso. 
- ¿Será portavosa, no? –pregunté yo sin encontrá respuesta. 

Porque mi Chari cortó la discusión ofresiéndole una camiseta, un jersey y unos vaquero viejo de la Vane pa que pudiera irse a Madrí tranquila y calentita. Yo quería que se pusiera la de “Lo siento, picha, pero tol mundo no puede sé de Cádi”, pero mi Chari no me dejó. De toas forma era pa verla con la sudadera de No Fear y los vaquero que le quedaban una talla chico. La chavala se fue mu agradesia y yo me alegré un montón porque nuestra buena asión habia quitao a una gachí de la calle. En el buen sentio de la frase.

1 comentario:

raùl junquera dijo...

Ofù CARMELO picha, si los vaquero lan entrao a la susodicha, no veas tù las cachas que tiene que tenè la Vane....

Enga, un abraso suegro!!

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