Carmelopoli

viernes, 22 de mayo de 2009

Santo Domingo

El que puso los nombre en América tuvo una astuasión que no se puede calificá de brillante, presisamente. Má o meno como Soraya en Urovisión, pero con menos cacha. Anda que no habrá ajetivo pa calificá las cosa po uso el mismo "rico" pa un Puerto y una Costa, con meno vocabulario que un repetidó de la Eso. O ponerle Colombia en honó a los detergente de Colón sin darse cuenta de que aquellos polvito blanco que se encontró no eran presisamente detergente. Pero bueno, eso estaría justificao por el propio colocón que llevaba. 


Tampoco se comió mucho el coco con ponerle a un paí Ecuadó porque pasaba el ecuadó por allí mismo o Paraguay al paí que estaba arriba de Uruguay. O encontrarse a un montón de mulata en tanga y con las inglé brasileña y ponerle a ese paí Brasí. Eso es de poco pensá. Aunque meno toavía es lo de ponerle a un paí las primera letra que te se ocurren. Uno que na má que lleve "a": Panamá. Otro que acabe en "u", Perú. Otro con la letra che "Chile". Es lo que se llama la boleisasión denominatoria o poné los nombre a boleo.

Sin en cambio, dentro de esa dura tarea de ir sitio por sitio y ponerle nombre a cada lugá tuvo un minuto de enorme gloria cuando consagró la mitá de una isla al Domingo. Como la isla se llamaba La Española, po el gachó desidió que la mitá iría dedicá al domingo. La otra mitá iba a ir dedicá a la segunda cosa que má le gusta a un españó despué de un domingo. A la siesta. "República Siesticana" se llamaba, pero llegaron los fransese, soltaron una patulea de negro allí y le pusieron un nombre raro: Haití. Y cualquiera se mete con ello que te hasen un muñequito, te clavan abuja y ya está tú entre Chiclana y Medina.

Desde asquí quiero agradesé a ese hombre que pensó, por un momento, en lo maravilloso que es un domingo. Es que no hay ná má bonito que el domingo, que tú te levanta sin tené ná qué hasé, te da un paseito, te toma una servesita, te deja de caé...Un paí que se llame República Dominicana es, sin duda, un buen paí. Y si ya ensima la capitá se llama Santo Domingo la cosa se convierte en un auténtico lujo. Porque uno no llega iguá a una siudá que se llama Santo Domingo que a una que se llame Santo Lune. Son cosa distinta. Porque un lune sólo puede sé Santo si sale la Palma. Los demá son lune que, como mucho, llegan a la categoría de asestable si es lune de puente o el lune de resaca carnavalero. Pero lo mismo que se puede disí del lune se puede disí de los demá día. Quisá la única posibilidá habría hecho República Viernerina, que es el único otro día de la semana que se puede salvá.

Visto el nombre, no creo que haiga que hasé mucha má referensia a la cantidá de vínculo que unen la República Dominicana con Cádi. Porque no hay otro lugá del mundo en el que amemo má a los domingo que en Cádi. En Cádi cualquié día parese domingo de la cantidá de gente que tú te encuentra por la calle paseando, en la playa o en una terrasita tomando un refresquito, como los militare, mejón contri má graduasión. Ná má que tiene que irte una mañana a la calle Ancha y vé la cantidá de gente que venera el domingo en Cádi los siete día de la semana. Que tú te va a Logroño o Vitoria (la siudá, no la playa) un día entre semana y no hay nadie por la calle porque está tol mundo trabajando. En Cádi disfrutamo de los día como si fueran domingo.

Pero de los domingo disfrutamo ya de una forma esagerá. En Cádi un domingo es casi como dó día por lo bien que se puede llegá a pasá. Desde el paseo mañanero, su lansá en la Alameda, sus churrito en la guapa, las compra en el baratillo, su ratito de playa, la servesita en la calle Sorrilla, los pastelito de la pasteleria Alameda a sincuenta sentimaso, los partio del Cádi en Carransa o por la arradio, las charla en la casapuerta, el resumen de Estudio Estadio... Son tantas cosa que hasen los domingo en Cádi único y diferente que nosotro somo, casi, parte de la República Dominicana. 

Lo demostramo con hecho que le tenemo una calle dedicá en pleno barrio de la Viña y un convento a su capitá en el barrio de Santa María. El Convento de Santo Domingo en que, pa má inri, tenemo puesta a Nuestra Señora del Rosario, la virgen má importante de Cádi siempre que consideremo que el mario de Nuestra Señora, la de verdá, la cató  en su momento... Porque desde que es Nuestra Señora se descarta asolutamente cualquié tipo de contasto, que Ella sólo tiene cuerpo pa su Cádi.

Por eso mismo hoy ha venio el presidente de la República Dominicana a Cádi. Pa aquello que, a pesá de mis múltiple esfuerso diario, aun no se habei culturisao, os aviso que el presidente de la República Dominicana no es Plásido Domingo -aunque podría serlo por el apellio- que Plásido Domingo es un gachó que canta el isno del Madrí con la vó engolá como si cantara en el medio del coro de Julio Pardo o de los Pastrana. Po eso, que como estaba asquí el presidente de la República Dominicana le bemo regalao las llave de oro de Cádi y hasta las de San Fernando, pa demostrarle lo que nos gusta a nosotro un domingo. Sobre tó, si es un domingo como el que viene que puede sé santo e histórico.   

1 comentario:

Borja Cegato dijo...

Dios lo quiera,Carmelo.

Un saludo y ánimo a ese Cadi.

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